Dime porque, 301...

En las carreras populares, cuando el objetivo no es ganar, simplemente disfrutar, o competir contra uno mismo, cualquier pequeño detalle que te separe de tu objetivo personal puede significar un episodio frustrante o un desengaño por no cumplir el objetivo marcado.
Si la causa ha sido no tener un buen día, sufrir una pájara, la climatología adversa o una mala planificación o sensaciones, las culpas atribuibles a tu mal estado no las puede achacar a nadie.
Pero cuando el factor externo es el causante de esta situación, y sobretodo si se focaliza en un factor humano externo, y si eso se une a una situación favorable para conseguir el objetivo y te lo tira por tierra, el grado de enfado se puede elevar a la enésima potencia.

Concretando, el pasado 13 de Julio, en la Marxa al Bartolo, carrera fin de temporada, salí sin objetivo previsto, a sensaciones, y tal y como fue avanzando la prueba me di cuenta que podía conseguir marca personal. A los niveles que yo corro, donde se que nunca voy a ganar (al menos en seniors, of course), el correr contra mis propias marcas o el intento de superación es lo que me motiva para apretar mas o menos en algunas carreras. Yo voy a mis ritmos, siempre intentando molestar lo menos posible a los ritmos de los compañeros que vayan mas o menos a mi altura, y si veo que alguien corre mas que yo, le ofrezco el pasar para no cortar su propio ritmo. Esto es mas evidente en las subidas, donde llevar mi peso montaña arriba me cuesta mas que a otros corredores ya que son muchos kilos para arrastrar, y siempre que noto la presencia de otro corredor detrás, le ofrezco que avise si quiere pasar a un ritmo mayor, y en muchas ocasiones así ha sido, cediendo gustosamente el paso sin problemas.
Por el contrario, en las bajadas es donde mejor me defiendo, especialmente en las bajadas de senda, y si hay zona técnica pues mucho mejor ya que no freno casi y me permite recuperar en gran parte el tiempo perdido en las subidas. Y en estas zonas, conocido es ya por varios runners que comparten carreras conmigo que el grito Takumaaa, o taku-taku indica que voy con buenas sensaciones y/o lanzado, es mi forma de pedir paso, así que cuando les doy alcance les pido que cuando vean un hueco, si pueden les adelantaría, y nunca he tenido problemas, ya que incluso indico por el lado por el que voy a adelantarles para así no generar molestias. Nunca había tenido problemas, ya que si la zona no se prestaba para adelantar, pues me esperaba paciente detrás hasta que se generase un hueco. Y repito, nunca había tenido ningún problema… hasta el día de autos.
En la última subida a las agujas, voy con Anna y vamos a un ritmo aceptable, a unos metros llevamos a algún que otro corredor y puedo apreciar a un grupo de unos 15 corredores en fila de uno a mas de un minuto, ventaja que seria de 1:30 aproximado en la cima. Tras coronar, Anna me deja pasar ya que bajo más rápido, y en el tramo de más falso llano adelanto también a 3 corredores mas, decidido a lanzarme a la búsqueda del último control de agua y del grupo que me precede, para intentar hacer un gran tiempo en meta. Pero he aquí mi sorpresa que cuando inicio la senda fuerte de bajada, a los pocos metros ya alcanzo al grupo que va a un ritmo no lento, sino casi andando. Resulta que pillo caravana, y no una cualquiera, sino la de la M-30 en el puente del Pilar!!! El señor que iniciaba el grupo va al frente de ella, andando más que trotando y generando una cola impresionante. Vamos en muchos tramos andando, y la sensación de impotencia se apodera de mas de uno, ya que comentamos que podría o ceder el paso poco a poco a la gente o acelerar, aunque sea en las zonas llanas y sin hierbas… pero no, ahí va el tío la mar de tranquilo, por lo que la bajada por senda nos cuesta lo indecible, perdiendo la ilusión, la marca y con un cabreo impresionante.
No quiero que se malinterprete mi queja, no estoy diciendo que la gente que baje mas lenta me moleste, nada mas lejos de la realidad, ya que yo tampoco soy un velociraptor subiendo, así que no puedo quejarme de ello, ya que los populares somos el cuerpo de muchas carreras.
Mi molestia, mi cabreo, va en referencia a la actitud de las personas que no ceden el paso a la gente que pueda llevar un ritmo más elevado al suyo y que impiden que la gente progrese. En referencia a mi persona, y tal vez por eso me cabreo mas, a mi me gusta tratar como desearía que me traten, y si yo cedo el paso en la medida de lo posible, pues esperaría esa misma actitud por parte de los otros corredores. En la pasada Volta al Terme, estuve buena parte de la prueba con un grupo que me pasaba subiendo y yo les pasaba bajando, sin generar ningún problema, es mas el buen rollo que se montó fue algo especial. Yo bajo rápido, ahí ganaba tiempo, el que me recortaban ellos subiendo. Y cada uno a sus ritmos y sin problemas.
Pero el otro día en Benicasim, lo que empezó por una cola de unos 15 corredores, acabo en cerca de 50 detrás del susodicho, cosa que al acabar la senda empezamos a pasar por ambos lados en búsqueda de la meta y un ritmo irrecuperable, así como un tiempo perdido que ya nunca volvería. Y eso me molestó bastante, tanto que al cruzar la meta tiré cabreado el bidón en el suelo y se partió, fruto del cabreo.

Y mi resquemor, mi fuerte enfado y que todavía queda algo dentro, es que no entiendo la actitud de este señor. A ver, la senda no es una autovía, pero tiene multitud de sitios donde la gente podría ir pasando poco a poco y no generar el atasco formado. Si uno que sube mal deja sitio, ¿Por qué no pasa lo mismo bajando? ¿Por qué 301?


PD: Llevo 8 días de vacaciones, sin correr… descansando las piernas…. Y desde el día 1, oficialmente de vacaciones en mi curro…