Muchas veces, la mayoría de personas no sabemos apreciar el bien que tenemos en el poder disfrutar del día a día. Cada segundo que respiramos, cada minuto que vivimos, cada paso que damos, cada zancada que corremos, la damos pensando que siempre después de esa viene otra, y otra… y así hasta llegar a la meta, al final del entrenamiento o al final de nuestra jornada de trabajo.
Realmente, somos unos privilegiados cuando cada día que pasa, nos podemos calzar nuestras zapatillas y salir a trotar un rato, unos días con los amigos, otros días en búsqueda de la soledad del asfalto o de la montaña… pero luego regresamos al confort de nuestro hogar y allí nuestra mujer, hijos, hermanos, padres… nos esperan y nos preguntan que tal ha ido…
Pero por desgracia, desde ayer, un joven de tan solo 20 años ha sesgado su prometedora vida en la maldita carretera. Carlos López, que actualmente jugaba en el filial del CD Castellón en 3ª división, perdió la vida en un accidente de trafico a las 9 de la mañana mientras se dirigía a hacer aquello que mejor sabia hacer y que tanto le apasionaba: jugar al fútbol. Una vida mas truncada por el maldito asfalto, pero esta vez el golpe ha caído cerca.
Carlos era un chaval que se hacia querer, que había despuntado en las categorías inferiores del Villarreal, fichado por el Onda de muy joven debuto en 3ª división y llamo la atención de su actual club, en el cual militaba desde esta temporada y que había alternado con el primer equipo. Ayer la noticia caía como un jarro de agua fría sobre los que eran sus compañeros, su amigo había perdido la vida a tan solo 1’5 Km. del lugar de entrenamiento…
Yo no conocía a Carlos, pero si que le había visto jugar algunas veces y de solo pensar que ya nunca mas podrá hacer aquello con lo que disfrutaba, me hace pensar en lo privilegiado que soy cada día que me pongo unas zapatillas y puedo salir a correr y regresar a casa sin percance alguno.
Es por eso, que en memoria de Carlos este domingo le dedicaré mi esfuerzo y ganas de superación en la carrera de Alcanar, y que cuando mi cuerpo sufra por la carrera y quiera parar, levantare la cabeza y seguiré en su memoria.
Carlos López, DEP
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